Ella y su personal hicieron todo lo posible para que el viejo perro se sintiera cómodo

Ella y su personal hicieron todo lo posible para que el viejo perro se sintiera cómodo

Un labrador de 20 años llamado Sam se sentó todo el día junto al cuerpo de su dueño muerto, Arthur.

Un perro afligido que no quiso dejar el lado de su dueño muerto se despide por última vez en el funeral

Fueron encontrados por el amigo de Arthur, Philip, quien se detuvo para ver cómo estaba su amigo enfermo.

A pesar de todos los esfuerzos de la policía, llamada por Philip, el perro no pudo ser retirado del cuerpo del dueño.

La policía tuvo que pedir ayuda a Maeghan Olsen, directora del centro de rehabilitación de animales 1 Day Ranch.

Un perro afligido que no quiso dejar el lado de su dueño muerto se despide por última vez en el funeral

Olsen trató de encontrar un terreno común con Sam. La invitó a delicias y trató de explicar lo sucedido, dando tiempo a despedirse del dueño.

Sin embargo, el perro apenas pudo salir de la casa.

Según Maeghan, Sam aulló y se quejó todo el camino mientras conducían a rehabilitación.

Según los vecinos de Arthur, tenía problemas de corazón.

Un perro afligido que no quiso dejar el lado de su dueño muerto se despide por última vez en el funeral

Poco antes de su muerte, abandonó el hospital en contra del consejo de los médicos, porque quería estar con Sam.

El perro, a su vez, tampoco podría vivir sin su dueño.

Una vez, incluso rompió una ventana en un hospital mientras intentaba llegar a Arthur.

“Quería estar en casa con su perro. Pensó que la sobreviviría”, dicen los testigos.

“Sam se afligió terriblemente y todavía se aflige”, dice Maeghan.

Un perro afligido que no quiso dejar el lado de su dueño muerto se despide por última vez en el funeral

Ella y su personal hicieron todo lo posible para que el viejo perro se sintiera cómodo.

Periódicamente habla sobre la vida de Sam en las redes sociales.

Junto con Maeghan Olsen, Sam asistió al funeral de su dueño, Arthur.

Después del funeral y los exámenes médicos de Arthur, Olsen comenzó a buscar una familia para Sam.

Sin embargo, duda que alguien quiera llevarse a Sam, que ya tiene 20 años.

Es probable que viva hasta el final de sus días en el centro de rehabilitación, donde todos la quieren, sin excepción, y donde ya se hizo amiga del perro de terapia que entrena Megan.

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