Seguramente cuando tenías 10 años pasabas el día jugando con tus amigos fuera de casa o sufrías intentando comprender simples fórmulas matemáticas. Pero, a diferencia de muchos niños de su edad, William Maillis, oriundo del estado de Pennsylvania, en Estados Unidos, tiene metas mucho más grandes que quedarse jugando en casa todo el fin de semana.
Porque a veces nacen mentes que cambian la historia para bien o para mal, genios que influyen en los avances de la humanidad, como Leonardo da Vinci, Copérnico, Isaac Newton, Albert Einstein, todas mentes brillantes que han dejado huella hasta el día de hoy por sus teorías científicas, que han producido el mundo moderno, con todos sus aparatos, con la televisión satélite y la tecnología inalámbrica, avances que no hubieran sido posibles sin la contribución de algún estudioso de la matemática o la física.
Por eso, en Buenamente.com te traemos la historia de este niño genio que te demuestra que en este asombroso mundo siempre habrá luz y esperanza.
Él no es el típico niño de 10 años
A una edad en la que la mayoría de los niños se centra en pasar al siguiente nivel en un videojuego, o trabaja para golpear realmente la pelota en su juego de béisbol el sábado, William se enfoca en convertirse en astrofísico.
Pocas personas saben que este pequeño chico es considerado un genio
Dijo sus primeras frases a sus cortos 7 meses de vida. El niño prodigio ha deslumbrado a la comunidad científica de su país por sus capacidades intelectuales totalmente sobrehumanas. A continuación te contamos cuál es la razón…
En mayo de 2016, cuando apenas tenía 9 años, William terminó sus estudios en la escuela preparatoria
Hoy en día asiste a la Universidad Comunitaria del condado de Allegheny, y es uno de los estudiantes universitarios más jóvenes en Estados Unidos. Aunque también se divierte jugando con sus videojuegos y pasa tiempo con sus amigos, tiene un futuro muy prometedor.
Su padre, Peter Maillis, es un sacerdote ortodoxo griego y no duda en asegurar que la genialidad de su hijo es obra de Dios
Teniendo en cuenta que ambos, él y su esposa, poseen un coeficiente intelectual promedio, William dio señales de sus avanzadas habilidades a muy temprana edad.
Una mente brillante
¿Recuerdas lo que querías hacer cuando tenias 8 o 10 años? Lo más seguro, jugar con tus amigos y ¿como no?, romperte la cabeza aprendiendo las tablas de multiplicar, bueno, Willian no fue igual.
Según su padre, William comenzó a hablar en oraciones completas con solo siete meses de edad
Él ya resolvía sumas a los 21 meses y multiplicaciones a la edad de 2, una vez, cuando también estaba leyendo libros para niños, escribió su propio libro de nueve páginas: “Gato feliz”. A los cuatro años, aprendió álgebra, lenguaje de señas y cómo leer griego y, cuando tenía cinco años, leyó un libro de geometría completo, de 209 páginas, en una sola noche, y despertó resolviendo problemas de circunferencias a la mañana siguiente.
A pesar de su notable proeza, William fue inicialmente rechazado cuando intentó ingresar al preescolar a la edad de 4 años
Después de fallar en una prueba de aptitud, al no ser capaz de, por ejemplo, identificar el gris como un color (“el gris es una sombra, no un color,” explicó su padre) o reconocer un termómetro (“nosotros no usamos ese tipo, usamos el que se coloca en la oreja”, expresó).
Luego, Maillis consultó con una psicólogo universitario que se dedica a estudiar niños prodigios
La experta lo declaró un “genio” luego de realizarle pruebas de IQ, dijo. La escuela primaria reconsideró su decisión y le permitió el ingreso.
A la edad de cinco años, William leyó un libro de geometría en una noche y, desde ese momento, creció su interés por las matemáticas
Su padre quedó especialmente sorprendido al conocer que quería dedicarse a la astrofísica para probar al mundo la existencia de Dios y, según él, ya está teniendo éxito en ello.
¡Totalmente increíble, ¿no?!
El niño genio está entre nosotros y ya comenzará a difundir sus teorías sobre los misterios del universo.
Hawking, sin embargo, tiene una apreciación diferente
“Antes de entender la ciencia, era natural creer que Dios creó el universo, pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente”, dijo el famoso físico. “Lo que quise decir con ‘conoceríamos la mente de Dios’ es que sabríamos todo lo que Dios sabría, si hubiera un Dios, pero no es así. Soy ateo.”
Sus padres son comprensivos y lo alientan
Maillis dice que tanto él como su esposa le permiten a William decidir cuáles áreas de interés cursar. “Cualquiera sea la clase que él quiera tomar, está bien para mi”, comentó Maillis. “No quiero presionarlo.”
Un niño muy estudioso
Después de terminar el tercer grado el año pasado, William empezó a asistir de manera simultánea al cuarto grado y a la secundaria, al mismo tiempo que tomaba algunas clases en la universidad. Este año empezó a asistir a la universidad tiempo completo, comentó su padre.
Él acepta los retos que se le presentan
“No me molesta ser el estudiante más joven de la clase, dijo William a PEOPLE. “Ya estoy acostumbrado.”
Incluso en casa, los hermanos de William tienen 17 y 20 años más que él
Y el decano de CCAC dice que William “es más que sobresaliente”, al obtener “A” en todos los cursos que ha tomado.
William desea estudiar física y química del espacio
Para ello está enfocado en obtener un doctorado y trabajar como astrofísico, se siente cómodo hablando de temas como “desplazamiento del espacio-tiempo”, “singularidad” y “gravedad pura”.
El profesor de historia de William, Aaron Hoffman, nos relata como es un genio en clases
Dice que el chico ha encajado entre el resto de sus compañeros de clase, con quienes interactúa de una forma realmente adulta, lo que lo deja realmente sorprendido.
No hay temas tabú para el menor
“No hemos evitado ningún tema: Hitler, Mussolini, El Holocausto, guerras,” dijo Hoffman. “Si él está en la universidad, entonces debe recibir información de nivel universitario.”
A su lado somos “Homero Simpson”
Nosotros no percibimos el mundo como él logra hacerlo
Su cerebro es una grabadora biológica que además analiza la información y la comprende, desde sus partes más simples a las más complejas
La única diferencia que ha notado, dice Hoffman, es que William no toma notas como los demás estudiantes, él simplemente escucha, lee y absorbe la información.
Pese a todo esto, dice Maillis que su hijo sigue con los pies en la tierra
“Yo sólo deseo que él aprecie el don que se le ha dado, lo cual creo que hace”. “Yo siempre le digo: ‘Dios te dio un don. Lo peor que podrías hacer es rechazar ese don y no usarlo para mejorar el mundo’”
Quizás las cosas no son como las creemos
William inició una investigación al analizar varias teorías relacionadas con la astrofísica, leyó varios libros de Stephen Hawking, y ha afirmado durante su investigación una nueva teoría sobre los agujeros negros. Según el niño genio, estos no son supermasivos, como lo había referido el físico judío Albert Einstein.
William pronto nos entregará sus planteamientos
Ya está a punto de cumplir un año trabajando en su investigación de astrofísica, y algunos se atreven a asegurar que podría escribir un libro sobre sus teorías en unos dos años más.
Por ahora, este pequeño genio pretende refutar la teoría de Stephen Hawking
Sobre la no existencia de Dios, como no correcta. Mientras tanto, continuará fascinando al mundo entero con su enorme carisma, su inteligencia y su admirable intelecto. Esperamos que pronto nos traiga más noticias de su trabajo.
En su opinión, todo lo que hasta ahora conocemos, sólo pudo haber sido creado por una fuerza externa
“Estoy probando que solamente Dios es capaz de crear el universo; mis datos son precisos, mi investigación tiene ya un avance de 70% y, en cuanto esté lista, me gustaría compartirla con el mundo”, expresó William.
¿Logrará probar la existencia de Dios?
El deseo de William de convertirse en astrofísico está enraizado en sus fuertes creencias de fe.
Ahora solo nos toca esperar sus nuevas teorías
Sea cierto o no que Dios existe, esta mente brillante seguro dará muchísimo de que hablar, porque de eso se trata la ciencia, de refutar con evidencia viejas teorías que creíamos eran un hecho.