Alfred se convirtió en madre soltera después de que su ex esposo se fue, dejándola
sola con la responsabilidad de su hija. No era lo que esperaba de la vida de casada,
pero estaba feliz de tener a su hijita con ella.
Grysha se conoció durante sus años de estudiante y comenzaron a salir cuando se
dieron cuenta de su atracción mutua. Él siempre la cuidó y ella se sintió como si
fuera su primera y única novia.
Comenzaron a vivir juntos en un departamento heredado de su abuela, pero ella no
conoció a los padres de Grysha hasta mucho después. Cuando lo hizo, su suegra se
mostró fría y desinteresada, y era evidente que no la consideraban rival para su
hijo.
Sin embargo, ella no fue influenciada por todo esto en ese momento. Pero las cosas
empeoraron con el tiempo. Su suegra hacía comentarios sutiles cada vez que visitaba
su apartamento y Grysha parecía indiferente.
Él simplemente le dijo que ignorara la situación y la aceptara. Cuando el recién
nacido estaba cerca, su suegra la acusó de infidelidad y argumentó que el bebé no
era hijo de su hijo. Ese fue el golpe final y Sasha hizo frente a la situación.
Echó a su suegra del apartamento y nunca quiso volver a verla. Desafortunadamente,
la confianza entre ella y su esposo ya había sido destruida.
Grysha comenzó a desaparecer después del trabajo y con frecuencia iba a la casa de
sus padres. Dijo que los estaba ayudando, pero estaba claro que algo andaba mal.
Unos meses después, Sasha atrapó a su esposo comparando una foto de su infancia
con la de su hijo.
Finalmente, Sasha y Grysha se separaron y ella se convirtió en madre soltera, lo
que la hizo más feliz.