Fui yo quien dio la bienvenida a Matviy a nuestro hogar de acogida.
Siempre fue un niño brillante y educado al que le encantaba leer.
Cuando tenía siete años, una pareja adinerada quiso adoptarlo
y yo estaba feliz de que finalmente tuviera una familia.
Sin embargo, también me preocupaba que no pudieran asumir la
responsabilidad de criar a un niño. Cuando se lo llevaron,
todos temimos que pudiera regresar pronto. Desafortunadamente,
nuestros temores se hicieron realidad cuando
lo trajeron de regreso apenas unos meses después.
Estaba devastado y se negó a hablar con nadie. Dejó de comer
y se negó a realizar cualquier actividad que antes disfrutaba.
Simplemente se sentó en su habitación y miró por la ventana.
Intenté hablar con él y me enteré de que sus padres adoptivos
lo acogieron para salvar su relación fallida. su madre adoptiva,
a menudo lo reprendía por cosas que no hacía, y Mykola, su padre
adoptivo, gastaba dinero en sus amantes. Valentina acusaba
frecuentemente a Matviy de cosas que no había hecho
y Mykola lo reprendía por la desaparición de dinero.
Las calificaciones de Matviy comenzaron a bajar y a menudo
pasaba hambre en la escuela porque sus padres adoptivos
dejaron de darle dinero para el almuerzo. Cuando Matviy
finalmente se abrió conmigo, informé de todo al director
del hogar de acogida y nos aseguramos de que la
información sobre la pareja se agregara a sus registros.
Le aseguré a Matviy que no era culpa suya y que a veces los
padres no están preparados para asumir la responsabilidad de
criar a un hijo. Esperaba que esta experiencia no dañara su
confianza en las personas y que algún día
encontraría una familia que realmente lo amara.
