Millonario se casa con una pobre mujer cuando ve su pierna – Historia del día

Diego había sido criado por su papá, Emiliano. Sin embargo, su relación era diferente a la de otros niños con sus padres.

Esto se debía a que su padre tenía una discapacidad incurable que no le permitía cubrir todas sus necesidades por sí mismo. La madre de Diego, Sara, había fallecido cuando él era un adolescente.

Mano y anillos. | Foto: Shutterstock

Mano y anillos. | Foto: Shutterstock

Sara era la que atendía a Emiliano, pero después de su fallecimiento, Diego tuvo que asumir la responsabilidad. Desafortunadamente, esto hizo que tuviera que renunciar a muchas cosas.

Mientras otros niños se divertían en el patio de recreo, Diego se quedaba en casa con su padre para cuidarlo. Como resultado, no pudo asistir a ninguna presentación escolar ni ir a fiestas.

A Diego eso no le importó mucho al principio, pero a media que crecía, más se cansaba de cuidar constantemente de su padre. Además, había desarrollado un rechazo malsano por los hospitales, pues había pasado mucho tiempo allí con su padre.

A veces, Diego se enojaba con su papá porque lo despertaba en medio de la noche para pedirle algo. Otras veces se enojaba porque su salud no mejoraba.

Diego ansiaba salir al mundo y vivir su vida, pero la discapacidad de su padre se lo impedía. Soñaba con crecer y deshacerse de Emiliano algún día para finalmente tener un respiro.

Hombre mayor. | Foto: Pexels

Hombre mayor. | Foto: Pexels

Su trabajo duro rindió frutos cuando recibió una beca para estudiar fuera de su ciudad. Con mucho gusto, Diego aprovechó la oportunidad y dejó a su padre al cuidado de sus vecinos.

Nunca volvió a mirar atrás y estudió hasta convertirse en el director ejecutivo de una empresa de tecnología. Gracias a su trabajo, pudo viajar por el mundo, asistir a conferencias y talleres de liderazgo y ayudar a otros a ganar millones de dólares.

Mucha gente admiraba a Diego por su carisma, pero nadie sabía que tenía un padre con discapacidad al que había abandonado en su pequeña ciudad.

Un día, Diego visitó a su padre y se dio cuenta de que los vecinos habían dejado de cuidarlo. Lo habían movido a una habitación en la mansión en la que vivía. La salud de su padre se había deteriorado mucho.

“Al menos ahora puedo contratar cuidadores”, pensó.

En esa época Diego empezó a tener más presente la idea de conseguir una esposa. Era lo único que le quedaba por hacer para cumplir sus sueños, y lo había deseado por años.

Hombre joven. | Foto: Pexels

Hombre joven. | Foto: Pexels

La mayoría de las mujeres que había conocido solo estaban interesadas en su dinero, por lo que nunca las tomó muy en serio. Pero un día, conoció a una mujer llamada Vanessa y se enamoró de ella.

Ella era una mujer dulce, hermosa y excesivamente modesta. Usaba faldas largas y, a menudo, evitaba el contacto físico. A diferencia de las mujeres a las que él estaba acostumbrado, no complacía cada uno de sus caprichos, lo que la hacía más atractiva para él.

Vanessa era pobre, pero no se quejaba de ello ni esperaba que él la ayudara mágicamente a que sus problemas desaparecieran. De hecho, solía evitar sus ofertas de ayuda.

Un día, Diego notó que su teléfono le estaba dando problemas y se ofreció a conseguirle uno nuevo. “¿Qué le pasa a tu celular?”, le preguntó a su novia mientras disfrutaban de un picnic.

“Se cayó al agua mientras estaba lavando la ropa y ha estado funcionando mal desde entonces”, respondió Vanessa a regañadientes.

“¿Puedo conseguirte uno nuevo?”, preguntó Diego.

“No, no importa, puedo arreglármelas hasta que pueda pagar uno nuevo, estoy segura de que tienes mejores cosas en las que gastar tu dinero”, le dijo.

Pareja cenando. | Foto: Pexels

Pareja cenando. | Foto: Pexels

Como ella se negó, Diego se encargó de conseguirle el último modelo y la sorprendió con él, pero aun así, ella trató de rechazarlo. Por primera vez, Diego sintió que había encontrado a la mujer con la que se casaría. Se sentía muy feliz.

Pero esa felicidad se vio amenazada un día cuando Diego invitó a Vanessa a su casa. Quería prepararle una agradable comida romántica, para después proponerle matrimonio.

Ese día, él llevó a su padre a un parque y lo dejó allí porque no quería que Vanessa lo conociera. Todavía se sentía muy avergonzado del hombre.

Sin embargo, por cosas del destino, mientras Vanessa pasaba por el parque en su camino a la casa de su novio, vio a un señor que se parecía mucho a Diego. Ella pensó que era él, pero no estaba segura, así que salió de su auto y se acercó.

“¿Diego?”, preguntó. El hombre la miró y sonrió. “No soy Diego”, dijo, “soy su padre”.

Sus palabras sorprendieron a Vanessa, pero podía ver el parecido, así que le creyó. Le llamó la atención lo infeliz que se veía el hombre, por lo que decidió llevarlo con ella cuando continuó hacia la casa de Diego.

Mujer y vehículo. | Foto: Pexels

Mujer y vehículo. | Foto: Pexels

Cuando su novio abrió la puerta, se sorprendió al ver a su futura esposa con su padre.

“Vi a tu padre en un parque”, dijo. “Tenía frío, así que lo traje a casa para que pudiera descansar. ¿Supongo que lo llevaste allí para que recibiera algo de sol?”.

“¿Qué?”, Diego no lo podía creer. “Solo obligué a mi papá a irse porque no quería que lo vieras”.

“¿Por qué?”, preguntó Vanessa. “¿Por su discapacidad?”.

Antes de que Diego pudiera responder, Vanessa se levantó el vestido para revelar una pierna protésica. “¿Me echarás como a tu papá?”, le preguntó.

Diego tenía el shock reflejado en su rostro. “¡¿Qué?! ¡¿Por qué me ocultaste esto todo este tiempo?!”, reclamó. Pero Vanessa no le respondió, en cambio, se marchó.

Después de que ella se fue, Diego comenzó a reflexionar, preguntándose qué más podía haberle estado escondiendo. Consideró romper con ella.

Pareja. | Foto: Pexels

Pareja. | Foto: Pexels

Esa noche no pudo dormir y por la mañana tomó una decisión. Amaba a Vanessa independientemente de su discapacidad.

Diego también se dio cuenta de que pudo haber tratado mejor a su padre y se disculpó. Al día siguiente, padre e hijo se dirigieron a la casa de Vanessa, donde le propuso matrimonio. Se casaron unos meses después y todos vivieron felices para siempre.

¿Qué aprendimos de esta historia?

Las buenas cualidades son más importantes que la apariencia: Es más importante tener buenas cualidades que verse bien. Diego aprendió esto cuando se dio cuenta de que Vanessa tenía una discapacidad como su padre. No estaba dispuesto a dejarla ir, porque sabía que ella era la mujer perfecta.

No seas materialista: Diego se sintió atraído por Vanessa porque destacaba entre todas las mujeres con las que había salido. A ella no le importaba su riqueza, y no trató de usar su belleza para manipularlo y sacarle dinero. Al final, funcionó para ella porque eso era justo lo que Diego había estado buscando.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

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