La novia, que mide 109 centímetros, desafió todas las expectativas médicas al celebrar no solo su 31 cumpleaños, sino también al encontrar el gran amor.
Rebecca superó las predicciones iniciales sombrías y encontró la felicidad en el matrimonio. Su elegido, Max, la supera en altura por cinco cabezas, formando así una pareja visualmente impresionante.
A pesar de las objeciones de los padres y la familia de Max, que expresaron su desprecio al no asistir a la boda, la pareja recibe un apoyo abrumador de felicitadores que celebran su historia de amor única.