Los rescatistas que encontraron esta conmovedora escena quedaron asombrados hasta la médula
Cuando un escalador se llevó a un perro a las montañas, claramente no esperaba que todo saliera así.
North es un Alaskan Malamute, y se siente incluso mejor en las montañas que en las llanuras.
Pero este viaje resultó ser diferente a muchos de los anteriores. Y el entretenimiento de dos amigos casi termina en tragedia.
Perro salva a escalador herido manteniéndolo caliente con su cuerpo durante 13 horas
Ya han subido a una altura de 1700 metros; La nieve y el hielo comenzaron a comenzar aquí, cuando de repente el dueño de North resultó herido.
El escalador no podía seguir subiendo, y tampoco podía descender. El hombre logró pedir ayuda, pero tardó mucho en esperar.
Comenzó la noche, se desató una tormenta de nieve y un equipo de 27 rescatistas no pudo abrirse paso entre los escombros, el hielo y los árboles caídos.
Cuando se puso el sol, la temperatura en las montañas bajó bruscamente y el dueño de North comenzó a congelarse.
No podía moverse para calentarse, y no se sabía cuántas horas les tomaría a los rescatistas encontrarlo.
Afortunadamente, no estaba solo.
Un perro fiel se acostó junto a él. North se acurrucó en el abdomen de su dueño y comenzó a generar calor intensamente.
Perro salva a escalador herido manteniéndolo caliente con su cuerpo durante 13 horas
La cercanía de un amigo calmó y calentó al escalador, así estuvieron tendidos hasta el amanecer: un escalador herido y un perro peludo.
Más cerca de la medianoche, los rescatistas se dirigieron al escalador y, por la mañana, el propietario de North recibió ayuda.
Consiguieron bajar al hombre y el Malamute no se apartó de su lado.
Los rescatistas que encontraron esta conmovedora escena quedaron asombrados hasta la médula.
“En este ejemplo, todos debemos aprender a cuidarnos unos a otros”, dijo uno de ellos.
North se quedó con el dueño durante trece horas y no lo dejó, incluso cuando llegó la ayuda. Solo cuando el hombre fue llevado al hospital, el perro se fue a casa.
Ahora un buen chico está en el círculo familiar, y lo alimentan con golosinas y lo rascan detrás de las orejas sin cesar, porque salvó la vida del dueño.